Un grupo de investigadores de la UNAM lograron desarrollar nanotecnología capaz de ayudar a recuperar el petróleo o algún otro químico derramado en el mar o en cualquier otro cuerpo de agua.
Investigadores de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, encabezados por Yolanda Marina Vargas, desarrollaron nanotubos de un mineral de arcilla, llamado haloisita, y de un mineral que genera magnetismo, de nombre magnetita.
Los nanotubos son capaces de retirar bacterias, sustancias radiactivas, virus, parásitos, fertilizantes, pesticidas, fármacos, nitratos, fosfatos, plásticos y desechos fecales.
Diversificación de la utilidad de los nanotubos.
Este proyecto surgió con la idea de aplicarse en la industria textil, como un filtro para limpiar las grandes cantidades del líquido.
Por sus características, esta tecnología también puede beneficiar a las industrias farmoquímicas y a los hospitales, pues ya se encuentra lista para su uso inmediato.
Con el objetivo de explotar las bondades de este mineral, recientemente la universitaria orientó este desarrollo a la recuperación de petróleo del mar: derrames de las plataformas, de los barcos o de algún accidente, entre otros.
Opciones para eliminar recuperar o limpiar hidrocarburos
Yolanda Marina, líder del proyecto, explicó que existen tres opciones para rescatar los hidrocarburos:
- Usar tensoactivos (un detergente que se disuelve, pero quedan burbujas en el mar);
- Quemarlo (provocaría mayor contaminación ambiental por las partículas de CO2, azufre, etcétera); y, la más viable,
- La recuperación magnética.
Desarrollo de la opción mas viable
Desarrollo un nanocomposito (material con propiedades singulares), lo agregó como polvo, formó un ferrofluido y luego aplicó el campo magnético.
El resultado fue que con los hidrocarburos más viscosos (los más difíciles de recuperar) funcionó mejor, “permite recoger la mancha, el petróleo se va recogiendo y podemos ir desplazando hacia donde lo vamos a recuperar”, explicó la investigadora.
En un inicio, evaluó la magnetita con nanotubos de carbono, pero su síntesis resultó compleja y cara; en contraste, con la haloisita se redujeron los costos, pues ambos son naturales.
La magnetita es un material superparamagnético, lo que significa que una vez que se le quita el imán deja de ser magnético y, gracias a esta característica, se puede recuperar el combustible.
Debido a los importantes alcances de este proyecto, la investigadora trabajó por cuatro años para obtener la patente, que logró en 2021 y quedó registrada con el nombre de “Nanocomposito magnético, su proceso de síntesis y proceso de recuperación de petróleo o aceites de cuerpo de agua usando dicho nanocomposito”.
Fuente: https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2022_355.html